Los riesgos de la automedicación

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La automedicación es una práctica muy común por diferentes causas. Una es, el no disponer de dinero suficiente para una consulta de un médico privado, otra es la lentitud de la medicina pública con sus citas, largas esperas en el médico y si además, es necesaria la intervención de un médico especialista, entonces enfrentarnos con las temidas listas de espera, una tercera causa es la intervención, bien intencionada de los familiares y amigos que han tenido o conocido a quien ha tenido los síntomas.

Sea cual sea la causa de la práctica, esta tiene unos altísimos riesgos que podemos resumir en los siguientes:

–          Diagnóstico incorrecto de la enfermedad, pues algunos síntomas son compartidos por varias enfermedades.

–          No considerar los efectos secundarios.

–          Puede haber reacciones alérgicas.

–          Riesgo de intoxicación

–          Generar dependencias.

Entre los medicamentos más automedicados se encuentran:

–          Los antibióticos, cuyo mal uso puede generar resistencia bacteriana y si la enfermedad es viral, entonces son ineficaces y desprotegen contra otras infecciones.

–          Los analgésicos, podrían, en caso de administrarse con una enfermedad viral, causar daño hepático sobretodo en el caso de los niños.

–          Los antiinflamatorios, que pueden provocar gastritis y hemorragias digestivas si son tomados sin supervisión médica.

Por último, deberíamos tener en cuenta que las personas más vulnerables a los efectos de la automedicación son los niños, los adultos mayores y las embarazadas.

Tratemos por tanto de medicarnos bajo la supervisión de profesionales que seguramente evitarán males mayores.