Agencias de medicamentos

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Los países desarrollados tienen medidas de control sobre fármacos para garantizar que los medicamentos que se comercializan en las farmacias y en otros lugares en los que se pueden vender algunos de ellos sin receta sean lo que en realidad indica la caja que contiene, así como que los compuestos no supongan ningún riesgo para la salud general de las personas. Estas agencias vigilan también la entrada de artículos que podrían ser falsificaciones o productos que en el mejor de los casos no hagan nada de lo que dicen.

 Las agencias de medicamentos tienen sus propias normas en cada uno de los lugares en los que se ubican, pero como norma general se rigen por unas pautas muy similares, que son las de evitar que un compuesto determinado sea la fuente de un problema grave de salud pública como los que han surgido en algunas ocasiones, casi todas antes de la creación de estos organismos.

 Laboratorios independientes se encargan de revisar las fórmulas de las empresas farmacéuticas y presentar posteriormente informes con los que las agencias dan permiso o no a un determinado medicamento para ser distribuido, siempre bajo un estricto control y unas condiciones específicas de seguridad sanitaria.